No me gusta quererte.
No me gusta quererte.
No, porque me lastima y me mata. De a poquito.
Al principio estaba bien, porque era ese estado de plenitud, de primavera, de nacimiento, de conocernos y aprender a ser mejores personas por el otro.
Se sintió bien. Estaba bien. No.. ¿Qué digo bien? Era lo mejor que me pasó. Porque conocerte me cambió la vida. Así tan radical como suena. Me cambió la vida. Porque me enseñaste a mirar de otra manera el mundo. Aprendí tanto de vos. Y no me arrepiento.
De lo que me arrepiento es de haberte querido tanto. Que quede claro. Solo me arrepiento de la intensidad de lo que siento. Porque quererte un poco hubiera estado bien. Pero así como te quise fue demasiado.
Era todo tan lindo hasta que un día me di cuenta de que no ibas a estar ahí siempre, de que ibas a hacer tu vida lejos. Y ahí empezó a doler. Cuando no tenía ningún sentido seguir.
Me pregunto en qué momento te di el poder para controlar mis estados de ánimo, mi predisposición, mi capacidad. Todo solo si estás presente.
Sino no puedo.
¿Como hago para cambiar eso?
Porque vos no estas y yo ¿cómo sigo? ¿Qué hago con mi vida?
No me gusta quererte, me duele.
Y por eso te digo esto. Porque después de tanto tiempo quizás vaciarme y empezar de nuevo es lo mejor que puedo hacer, para no guardarme nada y seguir. Es una manera de soltar, liberar, dejar ir. No quiero quererte más. Hice mil cosas para superar todo esto, para dejar de sentir. Y no pude. Entonces de esta manera quiero intentar esto. Espero que funcione. Porque estoy cansada de intentar morir este sentimiento.
No debería doler. Pero tu actitud con lo que me pasa me hace doler.
¿Por qué? Porque parece como si quisieras dejar las cosas como están. Como si recién me hubiera enamorado y tuviera toda mi energía para quererte como desde el primer día.
Solo que no. El tiempo pasa y se supone que cura, que mejora. Y no. Porque mantenés abierta una herida que no puede seguir así. Con un mensaje cada tanto, con un saludo por el
cumpleaños, vernos alguna vez, todo eso son pequeñas chispas de esperanza que después matás con un silencio y ausencia que dura meses. Y cuando no puede doler más otra vez viene un "Podemos vernos, hacer algo, sería bueno!" Que a las dos horas se transforma en "solo puedo en un horario que vos no, con muchas personas cerca" como para que desde un principio no se pueda y si se puede siempre hay alguien en el medio, como para que no tengas que pasar por el estúpido momento en el que alguien te dice lo que siente, como si tuvieras miedo a ser querido..
Esa conclusión me hace pensar. ¿Tenés miedo? ¿No querés saber? Te estás escapando de cuestiones de la vida que son lógicas y normales?
¿Sos consciente de que si yo te digo que te quiero estás en todo tu derecho de decirme que vos no me querés?
Sería lo mas sano que podrías hacer. Decirme las cosas en la cara, dejarme hablarte con sinceridad y de frente, y poder destapar todo esto, liberar, dejar ir.
Yo solo quiero soltar. Quiero decirte esto para soltar. Para dejar ir. Porque me duele tu miedo.
Y sé que no es tu culpa que yo te quiera. Pero ¿podrías tomar un poco de parte y dejarme ir?
Sólo con escucharme y decirme: "No, no te quiero."
¿Te puedo dar un consejo? Como dicen, tomalo o dejalo.
Se me ocurre que no debo ser la única que sufre así. Alguien más debe estar queriéndote así como yo, o mas, o menos. Y tu actitud no se si es la misma. Pero si es asi, como yo supongo: Decidí, tomá decisiones, elegí, vivi. Disfrutá. No dejes que la vida decida por vos. Es frustrante para los que estamos de este lado. Y yo creo que deberías dejar que los que te quieren sepan lo que a vos te pasa. Porque no se te entiende nunca eso. Nunca se sabe qué sentís. Explicate.
No te sientas culpable de no sentir lo mismo. No tengas miedo de escuchar lo que los demás sienten por vos. Siempre podes decir que no. Pero decilo. Explicate. Porque ni decir que si, ni decir que no, es vivir en un gris, en un indeciso, en la duda. Y no se puede vivir así, no le hacés bien a nadie. A nadie. Ni a vos.
Hay que elegir un tren, no se puede viajar en los dos al mismo tiempo, al final terminás mal.
Y desde acá no se te entiende.
Y tu indecisión duele.
No me gusta quererte, porque duele.
Por eso con este consejo me voy, te dejo.
No, porque me lastima y me mata. De a poquito.
Al principio estaba bien, porque era ese estado de plenitud, de primavera, de nacimiento, de conocernos y aprender a ser mejores personas por el otro.
Se sintió bien. Estaba bien. No.. ¿Qué digo bien? Era lo mejor que me pasó. Porque conocerte me cambió la vida. Así tan radical como suena. Me cambió la vida. Porque me enseñaste a mirar de otra manera el mundo. Aprendí tanto de vos. Y no me arrepiento.
De lo que me arrepiento es de haberte querido tanto. Que quede claro. Solo me arrepiento de la intensidad de lo que siento. Porque quererte un poco hubiera estado bien. Pero así como te quise fue demasiado.
Era todo tan lindo hasta que un día me di cuenta de que no ibas a estar ahí siempre, de que ibas a hacer tu vida lejos. Y ahí empezó a doler. Cuando no tenía ningún sentido seguir.
Me pregunto en qué momento te di el poder para controlar mis estados de ánimo, mi predisposición, mi capacidad. Todo solo si estás presente.
Sino no puedo.
¿Como hago para cambiar eso?
Porque vos no estas y yo ¿cómo sigo? ¿Qué hago con mi vida?
No me gusta quererte, me duele.
Y por eso te digo esto. Porque después de tanto tiempo quizás vaciarme y empezar de nuevo es lo mejor que puedo hacer, para no guardarme nada y seguir. Es una manera de soltar, liberar, dejar ir. No quiero quererte más. Hice mil cosas para superar todo esto, para dejar de sentir. Y no pude. Entonces de esta manera quiero intentar esto. Espero que funcione. Porque estoy cansada de intentar morir este sentimiento.
No debería doler. Pero tu actitud con lo que me pasa me hace doler.
¿Por qué? Porque parece como si quisieras dejar las cosas como están. Como si recién me hubiera enamorado y tuviera toda mi energía para quererte como desde el primer día.
Solo que no. El tiempo pasa y se supone que cura, que mejora. Y no. Porque mantenés abierta una herida que no puede seguir así. Con un mensaje cada tanto, con un saludo por el
cumpleaños, vernos alguna vez, todo eso son pequeñas chispas de esperanza que después matás con un silencio y ausencia que dura meses. Y cuando no puede doler más otra vez viene un "Podemos vernos, hacer algo, sería bueno!" Que a las dos horas se transforma en "solo puedo en un horario que vos no, con muchas personas cerca" como para que desde un principio no se pueda y si se puede siempre hay alguien en el medio, como para que no tengas que pasar por el estúpido momento en el que alguien te dice lo que siente, como si tuvieras miedo a ser querido..
Esa conclusión me hace pensar. ¿Tenés miedo? ¿No querés saber? Te estás escapando de cuestiones de la vida que son lógicas y normales?
¿Sos consciente de que si yo te digo que te quiero estás en todo tu derecho de decirme que vos no me querés?
Sería lo mas sano que podrías hacer. Decirme las cosas en la cara, dejarme hablarte con sinceridad y de frente, y poder destapar todo esto, liberar, dejar ir.
Yo solo quiero soltar. Quiero decirte esto para soltar. Para dejar ir. Porque me duele tu miedo.
Y sé que no es tu culpa que yo te quiera. Pero ¿podrías tomar un poco de parte y dejarme ir?
Sólo con escucharme y decirme: "No, no te quiero."
¿Te puedo dar un consejo? Como dicen, tomalo o dejalo.
Se me ocurre que no debo ser la única que sufre así. Alguien más debe estar queriéndote así como yo, o mas, o menos. Y tu actitud no se si es la misma. Pero si es asi, como yo supongo: Decidí, tomá decisiones, elegí, vivi. Disfrutá. No dejes que la vida decida por vos. Es frustrante para los que estamos de este lado. Y yo creo que deberías dejar que los que te quieren sepan lo que a vos te pasa. Porque no se te entiende nunca eso. Nunca se sabe qué sentís. Explicate.
No te sientas culpable de no sentir lo mismo. No tengas miedo de escuchar lo que los demás sienten por vos. Siempre podes decir que no. Pero decilo. Explicate. Porque ni decir que si, ni decir que no, es vivir en un gris, en un indeciso, en la duda. Y no se puede vivir así, no le hacés bien a nadie. A nadie. Ni a vos.
Hay que elegir un tren, no se puede viajar en los dos al mismo tiempo, al final terminás mal.
Y desde acá no se te entiende.
Y tu indecisión duele.
No me gusta quererte, porque duele.
Por eso con este consejo me voy, te dejo.
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