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Escritura.

 Hubo un momento de mi vida en el que creí Que mi futuro iba a sustentarse de mi escribir. Y a quien conociera le decía Que iba a ser escritora. Y que mis historias, todas, Nunca iban a tener un final En que los personajes no mueran. Me parecía injusto dar por terminada  una historia en la que  los protagonistas continúan su vida  sin que alguien sepa qué fue de ellos.  Tienen que morir.  Si no no es una buena historia.  No tiene conclusión.  ¿Saben  cuántas historias escribí hasta el final? Menos de las que me había propuesto. No soy capaz de matar Nisiquiera solo con lo escrito Aquellas fantasías que nacen de mí. Y tampoco soy capaz de contar las historias que merecen. No sé hacerle justicia a su existencia. Porque no sé matar mi mundo interno. Y no puedo fallarle a mis principios al contar solo un capítulo Un extracto corto de la vida Tan eterna que tienen mis personajes. Perdón por fallar en eso. Es hoy todavía mi gran batalla, No vayan a creer que desistí. Casi cada día empiezo de

No sé. Me rayé.

 ¿Cómo nos afectaron las películas animadas de la infancia?  Hoy vengo con esta reflexión de las dos de la mañana después de ver otra película Disney que reivindica a las villanas. Lo siento. Los desvelos creativos existen.  Trabajar y convivir con la niñez de hoy me permite ver y conocer las impresiones que las películas animadas dejan en los niños de hoy (de Hoy!!! 2021).  Y me pongo a pensar en cómo las mismas películas me afectaron a mí. El miedo por todas esas villanas de ojos verdes. Crecer creyendo en esa magia. La buena, sí.  Las hadas, los príncipes, la segunda estrella a la derecha, los brillos, poder volar. Y crecer creyendo en los obstáculos, en la villanía. En que todo podemos vencerlo. En los finales felices. Crecer creyendo en el conflicto.  Configuración de la mente en esa dicotomía que nos anonada.  Si un obstáculo se presenta, es villano. Y lucho contra ello hasta que el bien (yo, yo siempre soy el bien, las películas de este tipo apelan al ego absoluto, poniendo esos

Desmotivación.

 La desmotivación la puedo explicar hoy.  En ese momento en que mi inspiración  me lleva a escribir textos  sobre él, sobre la vida, sobre la libertad.  En ese momento.  En que muchos textos se van escribiendo al mismo tiempo  y ninguno tiene todavía un punto final.  En ese maldito preciso momento.   En que nada tiene todavía  conflicto ni desenlace.   EN ESE MALDITO MOMENTO: me llega su mensaje con errores de ortografía.   Lo siento. Pero para mí eso se llama desmotivación.   Cuando un escritor se pre-iluusiona.   Cuando un teclado empieza a hacer más ruido que antes.   Cuando las hojas en blanco se empiezan a llenar.   Cuando en el medio de ese revuelto de emoción inspiración e ilusión se siente el gusto de escribir.  Y de repente Haber , a ver , qué más da, son lo mismo no?  Ojalá no hubiera nacido inspiración alguna.   Ojalá no quedaran textos a medias.   Esos textos a medias se transforman en hijos de un divorcio.  Hay que terminar de criarlos, madurarlos.  Pero el escritor ya no

Escribir y Volar = Echar raíz y volar. ¿Por qué hago lo que hago?

 Como siempre, me busqué otro momento bisagra en la vida.  Momento bisagra... espero que conozcan la definición: Esos momentos que marcan un punto de inflexión y un giro hacia una nueva dirección.   Hoy empecé, ¿ O continué? con la idea de estudiar, anotarme, juntar todos mis documentos, certificados y papeles que necesito para inscribirme (otra vez, un nuevo lugar) a la institución donde voy a estudiar acá en Alemania.   Una locura, porque papeles de inscripción y formularios llené muchos, en Argentina. Es algo a lo que estoy acostumbrada. ¿Será que ya me puedo especializar en formularios? ¿Existe eso? Alguien que ayude a otros a llenar y entender formularios.   En fin.   Mi reflexión  no va para ese lado.  El tema es que de tantos momentos bisagra que he vivido, siempre los viví enfocada en el hecho de que estoy cambiando, de que algo es distinto en mí.  Y hoy lo que me pregunté es: ¿Por qué? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Qué es lo que está ahí haciendo fuerza, moviendo mi voluntad? Ya

Agoniza el verano.

 Estoy viendo llegar al otoño. Otra vez. Otra vez digo, la segunda. Veo morir, secarse, dormir, veo la renuncia de seguir haciendole frente al sol abrasador cada día. Es la segunda vez en mi vida que veo el otoño de esta manera. Entendiendo que la naturaleza se cansa del brillo. Que en algún momento necesita contar, que viene del barro. Viene del fondo de sus raíces.  Es la segunda vez que entiendo al otoño como ese brillo de ausencia. Nos muestra como sería el mundo si no lo valoramos. Cómo las demás estaciones no pueden vivir en una eterna fiesta.  Digo la segunda, porque solo me acuerdo de una vez en que el verano necesitaba una pausa.  Hoy pienso que así como la naturaleza, lo que a mi me pasó este verano es que le saqué el jugo (y el vino) a todos los limones que la vida quiso darme.  Quedé enamorada del verano. Es la primera vez en mi vida que puedo decir que mi estación del año preferida es el verano.  Antes decía que era el otoño.  Pero hoy puedo entender que lo que el otoño ha
 No se asuste por favor, cuando lea,  las palabras que de mi alma se destilan.  No se asuste, no tiene derecho.  Porque éstas ya estan filtradas.  No son ya lo que fueron,  no poseen carga alguna de terror.   Sufrieron la censura de una mente en esta sociedad formada.   El filtro de un corazón que mucha inseguridad late.  Asique por favor.  No se asuste.   No piense que los tormentos de los que hablo  son intensos.  Estan ya suavizados.  Los secretos todavía no son revelados,  porque en vida el sujeto de mis pasiones  leerlos no puede.  Quizás si el amado  este mundo antes que yo deja  entonces escribiré sin filtros y censuras  Motivos para su susto.   Pero por el momento no se asuste .  Que aquí no hay motivo para creer  que quien escribe no es más que simplemente  una loca enamorada. 
 La capacidad de la fantasía también es talento.   Sumergir a otros en ella es ya una profesión. 

La dificultad de saber qué se quiere.

Me pasa que trato de vivir en la consciencia.   Y que todas mis decisiones están tomadas desde la meditación, el autoconocimiento, la realidad inmediata y posible realidad futura que me rodea y una gran cuota de curiosidad.  Dios! Sí que tengo curiosidad por la vida.   Y eso me fascina, porque siempre hay algo que quiero aprender, conocer, intentar, probar, ver, descubrir, investigar, y un largo etcétera de cualidades relacionadas a la curiosidad.   Mi problema es... cada vez que mi curiosidad me lleva a un nuevo lugar, mis horizontes, metas, puntos de vista y conocimientos se expanden. Cada movimiento que hago en mi vida amplía mis horizontes. Interrelaciona también todo lo anterior, todo cambia el sentido de lo anterior.  Lo que implica que cada nueva experiencia modifica mis intereses, mis prioridades, mis metas.   Y eso agota.  A veces me siento como vagabunda en un mundo que me sobra. A veces el infinito es demasiado.  A veces los intereses extra, las curiosidades en lugar de sign

Eishalle. Eisdiele.

 Ayer te conocí. Hoy te escribo.   Escribo no porque me hayas volado el coco ni nada de eso.   Simplemente porque fue bello.  Me hiciste reír.   Me gustó que fueras natural y simpático.   Y que seas sincero.  Anoche soñé con tornillos.  ¿Qué tiene que ver?  Ah, que los tornillos estaban rotos.   Otra vez. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?  Te sumo otro dato de mi sueño,  soñé que quería patinar sobre nieve,  pero estaba todo tan congelado que no se podía andar.   Y alguien venía a ayudar para descongelar el hielo con una hidrolavadora.  Sigo sin explicar mi interpretación del sueño, lo sé.   Pero y si quizás venís vos a descongelar un poco ese hielo que no me deja patinar y fluir por la vida?   ¿Y si esos tornillos partidos debajo del hielo significan que las espirales (ciclos de vivencias que se repiten y no entiendo por qué) están llegando a su fin? Romper con la espiral, el bucle infinito de corazones rotos y desencuentros sin sentido.   Derretir el hielo rígido que me hace a
 Hoy merezco abrir.  Liberar los dolores de los que soy presa.  No sé como lograrlo. Pero al menos siento que me merezco un poco de paz.  Al menos tengo ese anhelo de un día no sentir dolor.  Hasta hace poco creía que mis dolores eran inevitables.  Que nunca me iba a liberar de ellos. Pero tengo derecho a ser libre.  Y cada vez estoy más convencida de eso. 

Hay gente buena en el mundo.

 A veces nos olvidamos que hay posibilidades de encontrar gente que te de un mimo al alma! Yo solo quiero dejarlo por escrito. Para que en algún momento alguien pueda recordarlo.  Hay gente buena en el mundo.  Y como humanos  no estamos completamente perdidos, solo un poco desorientados.  Hay gente buena en el mundo.