Agradecer el futuro con los ojos cerrados.
La última vez que estuve por acá sólo pude hablar de deudas, de idas y vueltas, de correspondencias y casi indirectamente de lo que siento que me corresponde.
Vuelvo a escribir, 25 días más tarde con novedades, por si hubiera alguien en el gran mundo de los enlaces y los blogs que me lee, pero principalmente por mí, por ordenar y organizar todas las cosas que están pasando.
Voy a resumir: me quedo sin trabajo, me voy de viaje por dos años (!!! a Irlanda y Alemania, si todo sale bien).
Voy a ampliar:
Hace unos cinco años que trabajo para un pequeño jardín,que fluctúa entre crecimientos y decrecimientos. Estoy en el proyecto escolar desde que empezó, pero eso no es algo que se valore mucho en la institución últimamente. Me sorprende, dado que siempre fue un espacio que abiertamente expresaba un montón de ideales sobre el valor de lo humano, y la importancia de hacer una diferencia en el mundo. Resulta que no les importa lo humano. A esta altura la verdad no sé qué es lo que les preocupa en realidad... quizás lo mismo que a todos en este planeta: lo económico, el ego, sentirse mejor que otros, etc.
Por otro lado, mientras vivo una revolución de emociones por perder mi espacio de trabajo y lo que me hizo crecer como persona muchísimo en los últimos cinco años, en casa estoy viendo un montón de aspectos que antes no veía. Pongamos eso entre comillas, no "veía". Tomé una decisión, que es irme de viaje, no sería la primera vez, ya estuve en Dubai, en Italia, en Eslovenia, en Brasil. Esta decisión despertó un montón de ... sentimientos? actitudes? reacciones? No sé como nombrarlos. Pero estos.... cosas que no sé como nombrar, digamos actitudes, son un poco difíciles, porque más allá de que vienen desde el amor incondicional de los padres hacia sus hijos también me parecen irracionales, y quizás pesa más el miedo que el amor en esas actitudes.
No se crean que estoy siendo muy adolescente. Muy arriesgada y muy loca. En realidad esta decisión es una decisión que tomé hace años. Todos los viajes anteriores fueron intentos de prueba. Y fueron formas de demostrarme a mí misma que soy capaz de un montón de cosas si me las propongo.
Ese último párrafo fue un gran paréntesis. En fin. Mi viaje no se trata de comprar pasajes armar la valija e irme y ya, magia, obra de Dios, todo listo, la película del año. No. Nada de eso. Este viaje se trata de crecer, de dar lo mejor de mí y de aceptar de que para poder existir en este mundo necesitamos de los demás y dar a los demás. La realidad es que esta pandemia acomodó los engranajes para que esto se dé: por fin ese trabajo tóxico me deja ir, por fin entiendo que el tiempo no espera a nadie, por fin entiendo y abrazo la realidad de que el mundo es mucho más grande que nosotros y esa grandeza nos espera para bien, por fin entiendo que si quiero hacer algo no alcanza con rezar por eso, también hay que intentarlo.
Son un montón de cosas que están pasando, pero con confianza, puedo decir que todo va a estar bien. Todo se va a acomodar. No se trata de deudas, de eslabones rotos, de correspondencias. Es más sobre confiar. Como dijo una gran amiga: agradecer antes que suceda.
Comentarios
Publicar un comentario