Asuntos pendientes.

Tengo pendientes. 
Y hoy me doy cuenta que estoy jugando el mismo papel que otros jugaron conmigo. 
Era yo la que sufría, pensando en cuándo iba a ser mi momento de suerte. Suerte sí, porque es lo que creía que necesitaba para tener éxito.   
¿Éxito? No sé qué es. Quizás es una idea idealizada del futuro. Una idea estanca y quieta. Es un punto. Un lugar al que se llega quizás. 
Hoy miro para atrás y me doy cuenta de que el éxito es dinámico.  Dinámico y variable. Y que es relativo. 
Obvio que esto no es ninguna noticia. Ya lo sabían todos. 
Lo sabían y no me lo dijeron.  Lo tuve que descubrir por mi cuenta. ¿O con todo eso de los altibajos se referían a esto? Pregunto... porque no entiendo.  ¿Codificaron las sabidurías humanas para que el que las alcance las entienda solamente si las experimentó? 
Me divierto pensando en estos "pendientes". Asuntos que van ganando o perdiendo importancia. Importancia que decae o crece porque sí. O bueno, no. Porque sí no. Son más o menos importantes por una cuestión de .... ¿Algoritmos biológicos? ¿Una mente con un sistema de conciencia e inconsciencia variable? ¿Porque me acuerdo de estos asuntos una vez al año y entonces me acuerdo que son importantes? En fin. No sé. Aveces me importan más otras veces menos. Mi mente es así. Mis recuerdos son así. Aveces vienen y aveces se van. 
Volviendo a los asuntos pendientes...  Hoy son importantes. Un poquito más que ayer. Hoy es así porque me cambiaron en el modo de percibir mis miedos.  Porque me sentí un asunto pendiente. Me di cuenta que estoy en el lugar de esas personas a las que muy horriblemente las estoy nombrando como "asuntos pendientes". 
Mi pregunta hacia mí misma es: ¿Cómo me siento con todo eso pendiente? ¿Si yo me siento así entonces los que me tienen como "asunto pendiente"se sienten de la misma manera conmigo? ¿Es mi vida una cadena de eslabones rotos?  Ok, si, perdón. Esa última pregunta salteó un montón de sucesiones de pensamientos para escribirse con esas palabras. Me pasa que pienso más rápido de lo que escribo.  Reformulo: Si yo tengo asuntos pendientes con distintas personas que esperan que los resuelva; y también soy para otros esa persona que espera que se hagan cargo de los asuntos pendientes... ¿Es entonces mi vida una cadena de eslabones rotos? Es decir, ¿estoy sumida en una linea de in-correspondencias? ¿Tiene que ser así siempre? 
Y lo que sigue es... ¿Qué tiene que pasar primero? ¿Yo responder a mis asuntos pendientes o que quienes tienen un asunto pendiente conmigo se hagan cargo de eso? Lo peor es que son asuntos de todo tipo: económicos, amorosos, psicológicos, legales. Y más difícil todavía es... ¿qué pasa si no me puedo hacer cargo de mis asuntos pendientes? Soy incapaz de responder.  No puedo dar lo que no tengo, lo que no soy. 
Me gustaría resolver, dar, cerrar mis asuntos pendientes.  Pero no tengo para dar.  
A estas alturas siento  que la vida me debe más de lo que le debo.  Y eso que todavía no llego a mis  25 años. Por Dios, hablo y escribo como una vieja. Vieja para mi época... en otra  época quizás sería considerada una loca, una persona meditabunda quizás,o un genio (sí, un poco de confianza para un pasado feliz , mi autoestima me pide que considere la idea de que podría haber sido una genio). 
En fin. Tengo asuntos pendientes.  Y voy a dejar de escribirles para empezar a resolverlos. Por mi parte hacerme cargo de lo que me toca, y al mismo tiempo exigir y buscar respuestas donde se me debe.  Y además quiero pedirles que, si ustedes son esa persona a la que le escribo, que sepan que ésta es también una manera de pedirles que se tomen un segundo de meditación y se pregunten si tienen un asunto pendiente conmigo. Porque probablemente esté molestándolos dentro de poco, para que busquen una manera de resolverlos. 

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